Creaciones Paralelas

 Este espacio es reservado para las creaciones alternativas conformada por empredimientos individuales de los integrantes de este núcleo. 


VIDEOS 
Casamiento Payaso en Durazno.
Creado y Dirigido por Yamandú Bordón Alves




Los Hijos del Viento en su paso por nuestro espacio, compusieron, grabaron y filmaron el videoclip de "Presente" una creacion conjunta con algunos integrantes de Tristan Periferia.




NOTAS Y ARTÍCULOS




SOBRE LO LEVE Y LO MULTIPLE.
EL LIMITE TIEMPO
Por Fabián Docanto

Habitamos tiempos que huyen. 
Al tiempo lo corremos en una carrera que vamos expectando. 
Nos develamos falibles. Fracasamos en el intento de mirarle el rostro. Se nos muestra ajeno, escurridizo. No se comporta para nosotros. 
Luego, el espacio.
Nos alivia sentirnos en él, sobre él,  sensación que no acontece con el tiempo.
Pues este no tiene carne es una mancha, un tajo, una arruga, carece de sentido de corporalidad. Detenerse en él, solo es posible en un acto consciente, deliberado.
Atraparlo es  un fin quimérico, irrealizable y  consentimos en perpetrar acciones con el beneplácito de modificarlo.
Imperturbable sigue, ese es su gozo.


El teatro es una de las formas humanas que pretende en el transcurso de su devenir, detener el tiempo, plasmarlo, moldearlo concienzudamente. 
Subyagarlo. Delimitarlo. Diseccionarlo escénicamente.
El teatro ha pasado por distintas reacciones frente al fenómeno tiempo y se lo ha ligado íntimamente  al fenómeno espacio, formando un binomio que varía según diferentes acepciones y consabidas aceptaciones, de carácter que bambolean entre lo cósmico y lo humano.
Los diferentes tipos de inquietudes estilísticas que se han aplicado con este propósito, varían en el correr de la historia.
¿Con qué moneda obtendremos al tiempo? Con qué horas, con qué lunas, con qué bisturí sacado de qué cirugía.
El teatro es un pulpo de tentáculos succionadores de la realidad formados por  el artista y su tiempo histórico.
Su compromiso quimérico de lo épico y epopéyico.
Su obra es vista como su continuidad, como su legajo, legajo  obtenido por los conocedores de esta obra, quienes la espectaron y es aquí donde aparecen los espectadores y con ellos su percepción del tiempo regida en cada época, sin exclusión, por los cánones contemporáneos.


PODEMOS DECIR HABITAMOS UN ESPACIO Y EL TIEMPO NOS HABITA.

La ciencia ha estudiado y analizado el tiempo como uno de sus objetivos constantes, llegando a diferentes enunciados según su época.
Estas visiones oscilan desde un tiempo unidimensional,  hasta un tiempo multidimensional, quizás infinito, para algunos es eterno, para otros un vacío contable.
El teatro ha perseguido esta búsqueda intentado plasmarlas en el lenguaje escénico valiéndose de sus propias leyes y utilizando las leyes temporales en boga para su fin dramático.
El teatro moderno ha acompasado estos razonamientos, así desde una visión unidireccional del tiempo y el espacio se derivó, por cuestionamiento de esta, a un teatro que busca disolver esta continuidad tiempo-espacio ahondando en la disolución de ambos o disolviendo uno sobre el otro con el fin de que sean únicos, indisolubles.

Teatro de la disolución como teatro de la desilusión

La humanidad en un intento de forjarse creó el humanismo

Estas reglas físicas aplicadas al teatro y estas a su vez aplicados al espacio encuentran un letal rival en sus gemelos; el espacio físico propio del lugar de la realización de el hecho; y el tiempo medible que este ocupa para quien especta.

O sea, se puede hablar de dos fuerzas en pugna: el tiempo-espacio escénico y el tiempo- espacio del espectador.
Lo emitido y lo recibido. La invitación y la disposición.

Esta dicotomía es la que ha intentado romper el teatro al plantear  un espacio transitorio y con él la búsqueda de un tiempo atemporal.

Lo eterno no perpetuándose lo eterno como instante perpetuo.

Hacia un teatro indisoluble
Descubrir el asesino siendo el asesino.

¿Cómo lograr un tiempo y un espacio únicos?
Desapareciéndolos a ambos. Desterrando su huella.

Es lícito apoyarse de las recientes teorías sobre el tiempo multidimensional para tratar de explotarlas y transponerlas en el teatro, la pregunta es, si es viable.
¿Es viable la desfiguración de la continuidad temporal apuntando a una racionalidad unidireccional del espectador, quien obstinadamente trata de encajar las piezas contempladas en un puzle espacial de tiempo real? ¿Por qué lo hace y a qué se debe esta intención? ¿Acaso no es lo mismo que le sucede, por ejemplo, al físico en relación con su inconveniente que trata de captarlo, de disecarlo, para poder verlo? 
Verlo estático, en fin, estatizarlo.
 Por más que expresiones autodenominadas espontáneas se han propuesto bordear y escapar de estas franjas temporales le es inevitable la porción tiempo real.
Lo lento, lo rápido, lo denso y lo ligero conjugándose en sus variantes pueden lograr una distorsión o si se quiere una torsión sensible en la percepción.

Tiempo y espacio, son  reglas físicas si dentro de ellas no confluye la condición humana y su conflicto con estas fuerzas.
O sea que estas fuerzas se hallan contraponiéndose en todo acto creativo. 

Radico el problema que mientras se busca un tiempo múltiple se desarrolla un espacio único, entiéndase espacio en forma caprichosa, como un concepto que unifica atmósfera, lugar y  trama.
Dicho de otro modo se cree que intercalando escenas unidimensionales y simultáneas y transponiéndolas entre sí se logra un tiempo múltiple.
 ¿Cómo multiplico la opción tiempo parapetado sobre un único espacio?
¿Cómo escapar de los monstruos persiguiéndolos?
Nunca daremos esa intención mientras la escena exista desde un solo lugar, no por trasladarla estamos moviendo el espacio.
Luego, la creencia de que lo simultáneo es sinónimo de múltiple es tan solo un atajo, una proyección espectacular sobre el fenómeno.
Tampoco rompemos la ilusión de espacio porque traslademos las escenas mientras prosigamos refiriéndonos a un único espacio.
Ahora, al hombre con su falta de visión orgánica del mundo, qué certeza se le puede pedir sobre tiempo y espacio que no sea una visión fragmentaria y corrompida.
Toda forma plástica conlleva un propósito aunque no siempre se establece a priori. El método puede ser formal o intuitivo. Su fin es que tenga la capacidad de desdoblarse para ser recibido. Puede tener una lectura cerrada o múltiple.

Que se puede proponer al respecto, hacer vivir varios tiempos (en tiempo real) conjugados con varios espacios (en un espacio único) actuado por personajes que a su vez representen varios personajes, sin que necesariamente haya cambios de actitud ni de vestuarios.
Entonces tendremos un tiempo anacrónico, un espacio múltiple y personajes que mutan con la trama acompasándose a esta.
¿De esta manera romperemos la trama? Hallo que no, simplemente se volverá más imbricada, más ecléctica, se nos tornara hermética e impenetrable.
¿Cómo desenredar este entuerto? Con la unidad estética.
¿Donde se encuentra la unidad?, donde se halla un cuerpo.

 Podemos decir que la unidad es cuando se hallan todos los componentes en función al todo. Ahora si precisamos todos los componentes, en un cojo no existe la unidad. Si es así, donde se halla más completitud ¿en un cojo  o en un inválido, en quien los miembros se hallan como si fueran excedentes? Y ahora, un mudo o un hombre que tiene la boca cosida o la lengua cortada, quien calla más?  Quien es sinónimo  de unidad? o acaso es primordial y necesario que esta tenga voz o que camine. Es la unidad un ser perfecto? no tiene una grieta que permita que pose mi ojo y respire.



Próxima entrega: El entramado jerárquico hace su aparición.